jueves, 26 de noviembre de 2009

Las avenidas ensangrentadas

La llovizna que velaba mi ciudad esta tarde se había mezclado con las hojas caídas de las acacias y relucía bajo un cielo gris como un discurso regio, formando grandes charcos de un rojo cobrizo. Sangre bajo el plomo. ¡Cuánto añoro la primavera!

lunes, 23 de noviembre de 2009

Caminar pisando cadáveres

Llegado el frío en otoño, hay un momento que me encoge el alma. Las acacias negras que adornan nuestras calles y plazas son despojadas por Bóreas de su follaje amarilleante, quedando como tantos árboles de ahorcados, con sus largas vainas pesadas meciéndose lentamente al viento. Es sólo cuestión de días hasta que también estos frutos sean arrancados de sus ramas y se precipiten al suelo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Sueños de primavera

Lo único que me permite seguir adelante con el pesado día a día otoñal es el sueño de la primavera por venir. Como decía Unamuno:

"Donde esté una gardenia, que se quite Nietzsche".


El otoño me mata

Cuando llega el otoño me deprimo. La ausencia de flores pesa sobre mí como 100 Paquirrines. Hay días en los cuales llego a pensar que no volveré a deleitarme con el color de los estambres.